😲 Ella pesaba 300 kg y asustaba a sus sobrinos por su apariencia. ¡Una pérdida de peso de 210 kg y un camino hacia la felicidad! 👇 🫣 Tenía solo 30 años, pero no vivía, solo existía. Casi había dejado de salir de casa y no podía cuidar de sí misma. Poco a poco, todo se redujo a su habitación y a su cama. 👇 Ella pesaba 300 kg y asustaba a sus sobrinos por su apariencia. ¡Una pérdida de peso de 210 kg y un camino hacia la felicidad! Lo más aterrador es que empezó a asustar a sus queridos sobrinos con su apariencia, y su hermana les prohibió visitarla. La dependencia alimentaria de Nika se desarrolló en la infancia. Se describe como una adicta a la comida: siempre había estado comiendo, desde que tiene memoria. Y desde tan lejos como recuerda, siempre había tenido sobrepeso. Sus padres amaban mucho a su hija y respetaban sus hábitos alimenticios. Todo esto tuvo un impacto desastroso en la vida adulta de Nika. Ella pesaba 300 kg y asustaba a sus sobrinos por su apariencia. ¡Una pérdida de peso de 210 kg y un camino hacia la felicidad! Debido a su peso, no podía manejar su vida personal ni su carrera. Terminó sus estudios, recibió una educación y comenzó a trabajar como vestuarista en el teatro. Pero cuando su peso alcanzó los 200 kg, tuvo que dejar de trabajar; simplemente no podía más. Sus padres, viendo lo impotente que se estaba volviendo, le sugirieron que se mudara con ellos. Y ella aceptó, no había otra opción. Sus padres vivían en una casa de dos pisos.
Ella pesaba 300 kg y asustaba a sus sobrinos por su apariencia. ¡Una pérdida de peso de 210 kg y un camino hacia la felicidad! Nika se instaló en el segundo piso, al que accedía por una escalera empinada. No podía bajar, así que se volvió prácticamente prisionera. Sus padres continuaron respetando sus hábitos alimenticios y le llevaban comida. El estado de la mujer se volvió crítico. Su peso había alcanzado los 300 kg. Tenía un enorme vientre que le impedía moverse. A los 30 años, se había convertido en una persona mayor y débil. Ella pesaba 300 kg y asustaba a sus sobrinos por su apariencia. ¡Una pérdida de peso de 210 kg y un camino hacia la felicidad! Un punto de inflexión ocurrió cuando se dio cuenta de que no podía enfrentar su dependencia alimentaria, que no podía imaginar la vida sin comida. Pero llegó un momento que dividió su vida entre el antes y el después. Nika tenía una hermana y sobrinos a quienes amaba mucho. Les daba todo su amor ya que no tenía hijos. Un día, su hermana le prohibió ver a sus sobrinos porque los asustaba con su apariencia. Ella comprendió que estaba cayendo en un abismo. Por el contrario, se sentía deprimida y sabía que debía hacer algo.
Ella pesaba 300 kg y asustaba a sus sobrinos por su apariencia. ¡Una pérdida de peso de 210 kg y un camino hacia la felicidad! Nika se instaló en el segundo piso, al que accedía por una escalera empinada. No podía bajar, así que se volvió prácticamente prisionera. Sus padres continuaron respetando sus hábitos alimenticios y le llevaban comida. El estado de la mujer se volvió crítico. Su peso había alcanzado los 300 kg. Tenía un enorme vientre que le impedía moverse. A los 30 años, se había convertido en una persona mayor y débil. Ella pesaba 300 kg y asustaba a sus sobrinos por su apariencia. ¡Una pérdida de peso de 210 kg y un camino hacia la felicidad! Un punto de inflexión ocurrió cuando se dio cuenta de que no podía enfrentar su dependencia alimentaria, que no podía imaginar la vida sin comida. Pero llegó un momento que dividió su vida entre el antes y el después. Nika tenía una hermana y sobrinos a quienes amaba mucho. Les daba todo su amor ya que no tenía hijos. Un día, su hermana le prohibió ver a sus sobrinos porque los asustaba con su apariencia. Ella comprendió que estaba cayendo en un abismo. Por el contrario, se sentía deprimida y sabía que debía hacer algo.
Por el contrario, se sentía cada vez más entusiasmada con la pérdida de peso. Vio cómo cambiaba y eso le dio mucha alegría y motivación. Ella pesaba 300 kg y asustaba a sus sobrinos por su apariencia. ¡Una pérdida de peso de 210 kg y un camino hacia la felicidad! Nika cambió por completo su estilo de vida, comenzó a caminar al menos 5 km cada día y a ir al gimnasio. Durante el segundo año de su proceso de pérdida de peso, perdió otros 60 kg y pesaba alrededor de 140 kg. Y cuanto más peso perdía, más surgía otro problema: un exceso de piel enorme. Su vientre colgaba literalmente hasta sus rodillas, causándole dolores que le impedían moverse. Cuando Nika perdió un poco más de peso, gracias al proyecto, le ofrecieron una operación para eliminar el exceso de piel. Y su vida se volvió mucho mejor y más fácil. Ella pesaba 300 kg y asustaba a sus sobrinos por su apariencia. ¡Una pérdida de peso de 210 kg y un camino hacia la felicidad!
Final feliz: Nika logró perder más de 200 kg en 2,5 años. Alcanzó un peso de 90 kg. Ahora pasa tiempo con sus sobrinos sin ningún problema ni obstáculo. Y lo más importante, Nika encontró el amor y se casó. ¡Hoy es muy feliz!