En un giro inesperado, una familia escapó por poco del desastre después de tomarse una foto junto a una mina sin explotar de la Segunda Guerra Mundial que inicialmente se pensó que era una boya inofensiva. Kelly Gravell, acompañada de sus dos hijos, descubrió el objeto cubierto de algas el miércoles pasado en una playa cerca de Burry Port en Carmarthenshire.
La madre de 32 años se sorprendió cuando la playa que su familia visitaba regularmente fue cerrada abruptamente cinco días después. Los agentes de seguridad del Consejo de Carmarthenshire identificaron el objeto como una bomba de 70 años de antigüedad y rápidamente llamaron a un equipo de desactivación de bombas para neutralizar la amenaza potencial. Imágenes dramáticas capturaron una explosión masiva al otro lado del puerto luego de que los expertos realizaron una detonación controlada.
Gareth, el padre, expresó su sorpresa en Twitter y compartió fotos de Erin, de seis años, y Ellis, de cuatro, jugando felices con el dispositivo explosivo disfrazado de boya. Su tuit comentó con humor: «Entonces, la boya en la que mis hijos han estado saltando todo el fin de semana resulta ser una bomba de la Segunda Guerra Mundial. Ups».
La Sra. Gravell dijo que durante su viaje a la playa, estaban más interesados en las conchas que había en el objeto que en su naturaleza real. Durante la marea alta, la familia descubrió accidentalmente esta bomba histórica, que humorísticamente confundieron con una boya. Incluso un leve comentario sobre que era una “gran bomba” fue hecho en ese momento sin ninguna reflexión más profunda.
Al reflexionar sobre el incidente, la Sra. Gravell dijo: «Evitamos por poco el desastre; es aterrador». La pareja, que regenta una empresa de gestión de residuos, manifestó su intención de volver a la playa, pero destacó que en el futuro tendrán mucho más cuidado.
La Sra. Gravell explicó: «No me importaría volver, pero sin duda tendremos más cuidado la próxima vez. Nos lo pensaremos dos veces antes de tocar un objeto así en el futuro, e incluso bajamos a ver la explosión».
La concejala Meryl Gravell, miembro del Comité Ejecutivo de Ocio del Consejo de Carmarthenshire, aseguró al público que se habían tomado las medidas adecuadas para resolver la situación. Pese a las molestias ocasionadas por el cierre temporal de la playa, pidió disculpas a la ciudadanía.
El encuentro involuntario de la familia con esta bomba sin explotar es un recordatorio de los peligros ocultos que pueden plantear los restos de la historia militar, incluso en paisajes costeros aparentemente pacíficos. El incidente pone de relieve la importancia de la vigilancia y la precaución a la hora de explorar objetos inusuales en la playa, ya que los riesgos potenciales no siempre son obvios a primera vista.