Cuando vemos hoy a Rolf Buchholz, resulta difícil creer que una vez fue un oficinista normal y corriente.
Nacido en Dortmund, Alemania, Rolf estudió telecomunicaciones y trabajó durante muchos años en una gran empresa de TI.
Era tranquilo, casi discreto. Pero dentro de él vivía algo más grande: un deseo de libertad, de autoexpresión, de romper las normas sociales.
Se hizo su primer tatuaje cuando tenía más de 40 años. Más tarde vino el primer piercing. Luego un segundo. Así comenzó el camino que finalmente lo llevó al récord mundial.
Hoy en día, Rolf lleva más de 560 piercings, incluidos más de 170 en la cara y 278 en su zona íntima.
Su apariencia se complementa con una lengua bífida, implantes subcutáneos en forma de cuernos en la frente y un cuerpo casi completamente tatuado.
Esto lo convirtió en poseedor del récord mundial Guinness en la categoría “Persona con más modificaciones corporales”.
Pero para Rolf no se trata de discos ni de espectáculos. Él dice que la modificación corporal es una forma de libertad, una forma de arte que lleva en su propio cuerpo. En su opinión, no se ha convertido en una persona diferente: simplemente ha permitido que el mundo vea su verdadero yo interior.
Y, de hecho, detrás de ese exterior aterrador se esconde una persona inteligente, amigable y divertida. Habla con calma, sonríe mucho y es abierto en sus interacciones.
Su aparición evoca reacciones fuertes y contradictorias. Algunos lo admiran, otros sienten repugnancia o incluso miedo.
En 2014, incluso se le negó la entrada a Dubai por “razones de seguridad”. Según Rolf, el personal del aeropuerto pensó que era… un mago negro.