Estas supuestas cualidades productivas de juventud se observan en el cuerpo de 99-63-91, con una altura de 1,68 metros.
En realidad, el nivel de fertilidad de una mujer depende de una multitud de factores, donde el tipo físico juega un papel relativamente menor.
Aunque la obesidad ha sido asociada con abortos espontáneos, dificultades durante el embarazo e infertilidad en mujeres, los problemas de infertilidad pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su tamaño.
Mary tuvo un embarazo y parto sin complicaciones. No hubo indicios de problemas cuando su hija Michelle nació. Sin embargo, en el momento en que abrió los ojos, los médicos se dieron cuenta de que algo no estaba bien. No descubrieron qué era hasta que consultaron textos médicos y hablaron con un genetista en otro hospital.
Michelle tenía un rostro grande e inocente. Tenía una nariz como pico y empezaba a quedarse calva. Se descubrió que tenía el síndrome de Hallermann-Streiff, una enfermedad hereditaria de la que solo se conocen 250 casos en todo el mundo.
Michelle nació en el Hospital Infantil Memorial, donde nunca habían visto este síndrome en persona.
«Cuando el médico nos dijo que teníamos el síndrome de Hallermann-Streiff, sentí cómo se me caía el mundo», dijo la madre de Michelle. «Estaba preocupada por cómo íbamos a cuidar a nuestra hija que tenía una enfermedad genética rara, uno entre cinco millones».
Michelle presenta 26 de los 28 síntomas asociados con la condición. Aunque esta enfermedad afecta solo a una de cada cinco millones de personas, puede ocasionar una variedad de problemas de salud.
Michelle tiene solo dos años más que su hermana, pero debido al síndrome de Hallermann-Streiff y enanismo, apenas puede alcanzar la altura de su cintura.
Debido a su enfermedad, Michelle necesita mucha ayuda, incluyendo una silla de ruedas eléctrica, un respirador, un audífono, una sonda y ayudas visuales. Michelle y su familia también han tenido que pasar mucho tiempo en el hospital debido a la enfermedad. Debido a su apariencia, puede ser confundida con una niña pequeña a pesar de tener 25 años.
A los 20 años, Michelle es más feliz que nunca y tan inteligente como un caniche. Es una de las personas veinteañeras más felices que he conocido. Su madre, Mary, continuó diciendo:
«Ella ilumina los días de la gente con su felicidad. Es consciente de sus diferencias, pero se niega a dejar que la definan.»
Michelle es una joven extraordinaria y distintiva a pesar de sus desafíos. Entre otras cosas, aspira a salir con alguien y ser como su hermana mayor. No le importa su altura porque prácticamente todos son más altos que ella, pero le gustaría que su cabello fuera más largo.
¡Su meta también es convertirse en doctora!
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