¿Quedarse tumbado en un sofá frente a la televisión? Para nada. La ociosidad no forma parte de su rutina diaria. ¿Su credo? Seguir practicando deporte para mantener su cuerpo y maximizar su salud.
Tanto es así que Mario considera al gimnasio como su segunda casa, donde entrena durante horas. Se necesita coraje, determinación y voluntad para seguir un ritmo así.
¡Y este anciano claramente tiene de sobra! Nuestros colegas del Yorkshire Post compartieron esta historia inspiradora.
Cuando era más joven, Mario Sanna trabajaba como ingeniero de tráfico. Explica que ya se mantenía en forma al colocar rieles de ferrocarril.
Comenzó a trabajar para los ferrocarriles británicos en 1954, dos años después de dejar Cerdeña para establecerse en Gran Bretaña. Trabajaba activamente los domingos para ahorrar dinero, ya que estaba a punto de casarse.
Pero, aparte de este trabajo físico exigente, no tenía problemas para practicar deportes. Simplemente, en aquella época no tenía mucho tiempo para dedicarle como le hubiera gustado.
Sin embargo, después de jubilarse, desarrolló una verdadera pasión por la gimnasia y el fitness. Entonces se inscribió en un gimnasio. Y durante los últimos 30 años ha seguido un programa físico diligente y regular. Su rutina incluye varios ejercicios: bicicleta estática, banco de pesas, prensa de piernas y trabajo de bíceps.
Siempre está ansioso por probar nuevas máquinas y nunca duda en participar en clases grupales o levantar pesas. A pesar de su avanzada edad, nada lo detiene;
Mario siempre está orgulloso de superarse a sí mismo y de ir más allá de sus límites. Y la satisfacción es aún mayor cuando logra los resultados deseados.
Mario está convencido de que el cuerpo necesita ejercicio. “Es como una máquina; si no la mantienes, se deteriora,” dice. Desde hace varias décadas, ha probado todo lo que puede contribuir a su bienestar físico, incluidos los Pilates. Cree que es importante fortalecer las piernas, que sostienen el cuerpo, pero también no descuida los brazos.
Recientemente, un problema ocular le ha impedido salir más a menudo, pero espera que después de una operación, pueda reanudar sus sesiones de deporte como antes.
A pesar de todo, no está dispuesto a quedarse encerrado en casa. Un amigo lo lleva al gimnasio todos los viernes y lunes.
De hecho, hoy en día, los fieles amigos que ha conocido en el gimnasio son como su familia. Incluso celebró recientemente su 94 cumpleaños rodeado de algunos miembros.