La triste historia de una niña débil con pies enormes: ¡el terrible resultado de una enfermedad rara y mal comprendida!

HISTORIAS DE VIDA

En la mitología griega, el dios del mar Proteo era conocido por poder transformarse en diferentes criaturas. La enfermedad rara y poco comprendida que lleva su nombre provoca que los músculos, huesos, piel y vasos sanguíneos crezcan a tamaños inimaginables. A pesar de la amplia investigación, no se ha encontrado una cura, pero los médicos continúan explorando formas de aliviar el sufrimiento de los afectados.

A nivel mundial, solo se han diagnosticado 120 personas con el síndrome de Proteo, entre ellas una mujer británica resiliente y optimista llamada Mandy Sellars.

Al nacer, Mandy no mostró signos de su grave enfermedad. Llegó al mundo como un bebé típico, sonrosado y arrugado, con piernas un poco más grandes, una variación común en los recién nacidos. Sin embargo, a medida que crecía, sus piernas empezaron a superar en longitud y grosor al resto de su cuerpo. A los dos años, estaba claro que su condición estaba lejos de ser normal. Los médicos se alarmaron cada vez más y pronosticaron sombreras perspectivas para su supervivencia. Sus dedicados padres la llevaron a numerosas instituciones médicas, pero no se lograron avances en su tratamiento. A pesar de esto, crearon un entorno en el que Mandy no se dio cuenta de sus diferencias con otros niños hasta la adolescencia.

A los 19 años, Mandy decidió no ser una carga para su familia. Se mudó, estudió psicología y aprendió a moverse en su hogar con una silla de ruedas. Aunque su familia sigue unida y está dispuesta a ayudar cuando es necesario, Mandy realiza sus tareas diarias de manera independiente. Lamentablemente, el síndrome de Proteo avanza con el tiempo. A los 28 años, Mandy sufrió una grave trombosis que la dejó paralizada. Pasaron dos meses antes de que recuperara su movilidad.

Los productores de la serie financiaron su viaje a Estados Unidos para consultar con el renombrado ortopedista William Ertl y el experto en prótesis Kevin Carroll. La evaluación determinó que solo era necesario amputar una parte de su pierna izquierda. Dos años después, su pierna comenzó a crecer nuevamente hasta alcanzar su tamaño original y rompió la prótesis. El tratamiento de Mandy continúa, y si los médicos logran detener el crecimiento, sería un avance significativo en la ciencia médica.

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