Todos se reían de su casita. Sin embargo, quien la visitaba quedaba impresionado con el resultado.

HISTORIAS DE VIDA

Muchas personas sueñan con tener algún día una casa propia. Quieren diseñarla según sus propias ideas. Lo ideal sería un hogar espacioso, y si además tiene un jardín, sería la realización de todos sus deseos.
Sin embargo, las casas son caras, y no todos pueden permitirse ese lujo.

Un simple agricultor, de tan solo 23 años, no quería seguir el mismo camino que sus compañeros de su edad. En lugar de eso, soñaba con tener su propia casa y decidió construirla él mismo.

Dane dice que los pagos de la hipoteca durarían muchos años, ya que su ingreso no es particularmente alto. El joven nunca tuvo el deseo de endeudarse. Sin embargo, comprar una casa sin crédito tampoco era posible; habría tenido que ahorrar hasta una edad avanzada.

Así que Dane decidió construir la casa él mismo. Como nunca había hecho algo así, le pidió ayuda a su padre, un experimentado carpintero. El padre lo apoyó de todas las maneras posibles, por lo que el joven finalmente decidió embarcarse en el proyecto.

Además de su padre, también le ayudaron sus amigos. Si no hubiera sido por ellos, la construcción habría tardado mucho más. El presupuesto de Dane era muy limitado, por lo que tuvo que utilizar materiales en oferta.
Las ventanas le costaron solo treinta dólares, y la estufa se la cedieron de forma gratuita. La construcción duró aproximadamente un año. Al final, surgió una casa muy bonita, aunque pequeña, con todo lo necesario para vivir.

Vivir en una casa así no requiere gastar mucho dinero. La casa se calienta con una estufa, y Dane cocina en una estufa de gas. No tiene electricidad instalada, sino que utiliza una lámpara de gasolina. Lo único que lo conecta con la civilización es su teléfono móvil, que está conectado a internet.

Dane ha creado su propio jardín, donde cultiva diferentes verduras y frutas. Este pequeño pedazo de tierra se lo regaló el vecino. En el futuro, planea criar gallinas.
„Siempre me ha gustado la tranquilidad. No puedo imaginar cómo viven las personas en las ruidosas ciudades. Este aislamiento me queda perfecto. Mis padres no entendieron mi decisión, pero luego me visitaron un par de veces y se tranquilizaron. Están contentos de que sea feliz. Eso es lo más importante para ellos. No me juzgan por mi elección.“

El mobiliario de la nueva casa de Dane es muy modesto, pero el joven tiene todo lo que necesita para llevar una vida normal. No le falta nada y está completamente satisfecho.

„Mis amigos han decidido que estoy loco porque elegí esta vida. No pueden imaginarse una vida sin luz ni televisión. Pero yo nunca me aburro, tengo suficiente que hacer, incluso sin estas ‘comodidades’. Nunca entenderé cómo las personas no pueden ocuparse por sí mismas.“
Dane ya se ha hecho amigo de muchos agricultores locales y pasa mucho tiempo con sus nuevos amigos.

Aún no tiene una novia. El joven entiende bien que muchos simplemente no podrían vivir bajo tales condiciones. Si fuera necesario, planea construir una casa más grande. Sin embargo, la compra de una casa ya hecha no está en los planes de Dane, ya que sigue siendo demasiado cara para él. Incluso con estimaciones modestas, una pequeña casa de vacaciones costaría más de ciento ochenta mil dólares. ¿Cuál sería el sentido de tener gastos tan altos? La opinión del joven sobre este tema no ha cambiado.

La pequeña casita en el aislamiento es realmente algo fuera de lo común. Pero, ¿se puede juzgar al joven, a quien una vida así le parece completamente perfecta? Lo más importante es que el habitante se sienta a gusto. Lo que piensen los demás no importa.

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