🤔 Estuvimos juntos durante 35 años. Yo tengo 55 años, él tiene 57. En todos esos años tuvimos un hijo y dos maravillosas hijas. Desde afuera, nuestro matrimonio parecía perfecto, pero la realidad era muy diferente.
Mi marido casi nunca trabajó. Trabajaba como mecánico para un amigo, pero fuera de eso, solo se sentaba frente al televisor, se quejaba de todo: del gobierno, envidiaba el coche nuevo del vecino y me criticaba por el desorden en la casa.
Esas quejas se volvieron parte de mi vida cotidiana, ya no las tomaba en serio. 😢
Cuando se fue con otra mujer, fue un golpe real para todos nosotros. La nueva mujer tenía menos de 40 años. Me dolió mucho, pero, de manera inesperada para mí y para todos los demás, hice algo que cambió mi vida. 😢 👇👇
A lo largo de los años, mi marido se acostumbró a que siempre me ocupara de él, y lo daba por hecho. Y cuando yo necesité apoyo, su interés por mi situación desapareció, y las quejas continuaron.
Después del divorcio, mis hijas se convirtieron en mi apoyo. Me recordaron que la vida sigue adelante. ¡Ahora tengo más tiempo para mí! He aprendido a disfrutar de la vida y he reconocido que también puedo ser feliz sin mi marido.
Tomé una decisión clara: nunca perdonaré a mi marido ni lo aceptaré de regreso.