La foto muestra a la madre del famoso Sylvester Stallone. Ella una vez fue una mujer hermosa y elegante que le dio al mundo un hijo talentoso.

POSITIVO

Jackie Stallone era una mujer cuya vida era como el guión de una película de Hollywood. Ya en su juventud soñaba con el escenario, con la fama y una vida brillante.

Bailó, hizo gimnasia, trabajó en el circo, fue astróloga y escritora, participó en programas de entrevistas e hizo campaña por los derechos de las mujeres en la lucha libre.

Pero lo que más llamó la atención fue su apariencia. Con el paso de los años, Jackie recurrió cada vez más a la cirugía estética.

Ella no lo ocultó, todo lo contrario, estaba orgullosa de sus “transformaciones”. Lifting facial, numerosas inyecciones, correcciones en labios, pómulos, cejas… estaba en constante transformación.

Incluso cuando tenía 70, 80 y, más tarde, 90 años, continuó haciendo ejercicio, levantando pesas y cuidándose. Pero lo que veía en el espejo se parecía cada vez más a la mujer que alguna vez fue.

Su rostro se había convertido en una máscara, rígida y con proporciones distorsionadas. Los medios de comunicación dijeron que se había vuelto irreconocible. Los titulares en internet decían: “La madre de Stallone se ha vuelto irreconocible”, “La mujer que perdió su rostro”.

Pero Jacqueline no parecía arrepentirse de sus decisiones. Al contrario, estaba convencida de su camino y un día declaró: –Quiero vivir de forma excéntrica y radiante, no de forma anodina y sin sentido.

Y eso es exactamente lo que tiene. En 2020, a la edad de 99 años, Jacqueline Stallone falleció pacíficamente mientras dormía, rodeada de sus seres queridos.

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