Una historia increíble sobre el amor devoto entre dos cigüeñas, que demuestra que el amor no conoce fronteras. Se conocieron bajo un mismo techo y desde entonces son inseparables.
Aunque esto no es típico en aves de esta especie, todo marchaba bien hasta que uno de los cazadores hirió a la cigüeña. Como resultado, perdió la capacidad de volar. Y no puede unirse a su ser querido en la procesión de invierno.
Y tiene que volar solo, pero en la primera oportunidad, la cigüeña regresa a su amada hasta la siguiente temporada de frío. Y esto ya lleva sucediendo durante quince años. Supera una distancia de trece mil kilómetros, que consiste en pasar un tiempo junto a su amada.
El dueño de este techo, que fue convertido en un punto de encuentro para las aves, se ha cuidado de esta inusual pareja de enamorados desde el principio. El hombre ya sabe cuándo regresa la cigüeña y siempre lo saluda con un cubo de pescado fresco. Y el año pasado, llegó una semana antes.