A los 11 años, interpretó de mala gana su último gran papel en la película de fantasía y aventuras Thomas and the Magic Railroad de 2000. “Los personajes eran demasiado jóvenes. Con 11 años tuve una reacción visceral al guion… Ugh, pensé. Qué adorable,” cuenta al Guardian.
“Agotada”
Sin embargo, su salida de Hollywood no fue solo su decisión.
Como adolescente, los papeles dejaron de llegarle a Wilson, ya que atravesaba la pubertad y había dejado atrás el “lado adorable”.
Ella era “solo otra chica rara, nerd, ruidosa, con dientes feos y mal peinada, cuyo sujetador siempre”

“Con 13 años, nadie me había llamado linda ni había comentado positivamente sobre mi apariencia en años,” dice ella.
Wilson se vio obligada a enfrentarse a la presión de la fama y a los desafíos de la transición hacia la adultez bajo el ojo público. Su imagen cambiante tuvo un impacto profundo en ella.
“Tenía esta idea de Hollywood de que eres inútil si ya no eres linda, si ya no eres hermosa. Porque asocié eso directamente con el fin de mi carrera. Aunque estaba un poco agotada de ello y Hollywood también estaba cansado de mí, todavía no se siente bien ser rechazada.”
Mara como escritora
Wilson, hoy escritora, publicó en 2016 su primer libro Where Am I Now? True Stories of Girlhood and Accidental Fame.
El libro trata “desde lo que aprendió sobre el sexo en el set de Melrose Place, hasta el descubrimiento en la adolescencia de que ya no era lo suficientemente ‘linda’ para Hollywood. Estos ensayos describen su viaje desde la fama accidental hasta una relativa (pero feliz) obscuridad.”

También escribió Good Girls Don’t, unas memorias que examinan su vida como actriz infantil y el cumplimiento de expectativas.
“Nacer linda simplemente me hizo infeliz,” escribe en su ensayo para el Guardian. “Siempre había pensado que sería yo quien abandonaría la actuación, no al revés.”
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